Alerta a las resistencias bacterianas
La pérdida de eficacia de los antibióticos más corrientes y el aumento del número de cepas bacterianas multi-resistantes es una de las principales inquietudes de salud pública del siglo XXI.
Este fenómeno es vinculado a la adaptación de las bacterias expuestas de forma continua a dosis más bajas de antibióticos. La contaminación generalizada de nuestro entorno y de nuestra alimentación por los antibióticos de origen agrícola ha favorecido este fenómeno.
Nace de la capacidad de los organismos vivos a encontrar medios adaptarse a los entornos desfavorables: el patrimonio genético de las bacterias evoluciona seleccionando la aparición y después la dominación de los variantes que han adquirido la resistencia a un antibiótico.
La salud de nuestros niños en juego
Así, infecciones bacterianas curables antes por antibióticos de primera generación con un espectro de acción estrecho necesitan hoy el recurso a antibióticos de última generación y con un espectro de acción mucho más amplio.
Sin embargo, conviene limitar estrictamente el uso con el fin de preservar la eficacia para nuestras generaciones futuras.
Uso abusivo de antibióticos
Las vigilancias establecidas dentro de varios países han subrayado el uso abusivo de antibióticos en terapia humana pero también en ganadería.
Así, el plan de acción nacional “Ecoantibio” moviliza todos los actores de los sectores animales para reducir de 50% su utilización hasta 2020.
Otra consecuencia, el uso de la colistina, antibiótico esencial en terapia humana, es ahora prohibido de uso oral en las ganaderías desde septiembre 2016.
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